Mucha gente piensa que la sexualidad no puede unirse con la espiritualidad, ¿En que pueden relacionarse?
La unión del sexo y la meditación aporta éxtasis. Expresa la unión de la fuerza de la vida con la fuerza de la conciencia. La generación de una corriente energética-existencial que inunda el corazón y la piel.
La meditación no es mas que estar en el centro de uno mismo. Meditar es relajar nuestra mente liberándola de todos los pensamientos.Al anexar la meditación a la actividad sexual podemos decir que tenemos una gran energía sexual con una excelente conciencia. Y, de la misma forma en que necesitamos saber dónde llegar, nuestra energía sexual instintiva necesita la conducción que la meditación ofrece.
Cuando meditamos o tenemos sexo, activamos casi la misma parte derecha del cerebro. La meditacion y el sexo nos hacen estar menos preocupados cuando las practicamos y ambas actividades nos hacen perdernos totalmente, aunque sea por unos momentos, nos anula la ansiedad, las dudas, los miedos. El placer del sexo no es sólo físico sino que también es una manera de eliminar nuestros estrés, justamente como hace la meditación.
Por su parte, la meditación deja que la experiencia del sexo tántrico sea una experiencia desnuda de cuerpo y de nuestras almas. Genera sensibilidad, amplifica el placer porque puedes sentirlo con más vigor interior, dota de poder y sutileza. Los amantes se vuelven dioses, de cuerpos y almas en unión. Es además, más divertido, más intenso y más ordenado. Nuestra conciencia nos desliga de lo puramente instintivo y animal.
Para finalizar les dejo esta frase:
Meditar es estar plenamente en el presente, con los sentidos despiertos, alerta y con una receptividad abierta y activa. Meditar es abrir las fronteras de la mente. Es sentir el silencio como un amigo.
Cuando meditamos o tenemos sexo, activamos casi la misma parte derecha del cerebro. La meditacion y el sexo nos hacen estar menos preocupados cuando las practicamos y ambas actividades nos hacen perdernos totalmente, aunque sea por unos momentos, nos anula la ansiedad, las dudas, los miedos. El placer del sexo no es sólo físico sino que también es una manera de eliminar nuestros estrés, justamente como hace la meditación.
Por su parte, la meditación deja que la experiencia del sexo tántrico sea una experiencia desnuda de cuerpo y de nuestras almas. Genera sensibilidad, amplifica el placer porque puedes sentirlo con más vigor interior, dota de poder y sutileza. Los amantes se vuelven dioses, de cuerpos y almas en unión. Es además, más divertido, más intenso y más ordenado. Nuestra conciencia nos desliga de lo puramente instintivo y animal.
Para finalizar les dejo esta frase:
Meditar es estar plenamente en el presente, con los sentidos despiertos, alerta y con una receptividad abierta y activa. Meditar es abrir las fronteras de la mente. Es sentir el silencio como un amigo.
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